Vuelve el RockWatch: esculpido en el corazón de los Alpes
Cuando las estaciones cambian y la nieve empieza a derretirse, la tierra comienza a revelar lo que el tiempo había ocultado: huellas del pasado, talladas por la naturaleza, que aguardan ser descubiertas de nuevo. El RockWatch vuelve a emerger precisamente en este apacible momento de retorno; un reloj nacido del granito de los Alpes suizos y de una era en la que Tissot se atrevió a grabar el tiempo en piedra.
Desde 1853, la marca de relojería honra el paso de las estaciones con precisión, paciencia y pasión. Así como el agua talla su camino a través del granito, conformando los valles durante miles de años, Tissot esculpe momentos que perduran, dejando su impronta en el curso de la historia.
La historia de cuando Tissot se propuso mostrar al mundo la belleza de los Alpes suizos...
En 1985, Tissot presentó el primer reloj fabricado con granito de los Alpes suizos. Esta brillante idea era tan extremadamente difícil de llevar a cabo, debido a la inestabilidad del material, que tardó toda una década en materializarse. Antes de nada, tuvieron que concebir el proceso industrial (incluso diseñar máquinas y herramientas especiales) que convirtiera un simple fragmento de roca en el reloj más preciado. Esta maravillosa aventura sorprendió al mundo entero y sedujo a los clientes, que se apresuraban a las tiendas. Todos querían adquirir su propio pedacito de Suiza como un símbolo de la singularidad y un compendio de los mejores conocimientos técnicos del país. En un abrir y cerrar de ojos, el RockWatch se convirtió en un icono mundial.
Años después, este modelo emblemático, renacido de la belleza bruta de los Alpes, resurge en una edición limitada de 999 piezas. El reloj se entrega en un exclusivo estuche de coleccionista que imita un bloque de granito y evoca el perfil escarpado de los Alpes, lo que refuerza así la conexión con sus raíces montañosas. Disponible únicamente en puntos de venta seleccionados, cada reloj es una singular evocación del original, que representa tanto un capítulo de la historia de Tissot como un pedazo de la propia Suiza.
De los picos de las montañas a la muñeca
Por encima del murmullo de lo cotidiano, el Jungfrau se alza entre las nubes a 4 158 metros de altura. Desde este majestuoso pico se desarrolla una historia extraordinaria. Al excavar los túneles alpinos, apareció un secreto ancestral: un granito esculpido durante milenios, oculto a la vista hasta ahora. Esa misma piedra, extraída del Jungfrau, se convirtió en el alma del RockWatch. Desde el corazón oculto de la montaña, Tissot se mantiene fiel a su espíritu de innovación y crea el RockWatch. Transformar el granito en bruto en refinadas cajas de 38 mm de diámetro requiere un dominio técnico excepcional: un delicado equilibrio entre fuerza y precisión. Desde las profundidades de la tierra surge un reloj de carácter singular, un prodigio silencioso que lleva en la muñeca el legado eterno de la montaña.
Un legado en piedra
Esta nueva edición cambia las agujas rojas y amarillas del RockWatch original de 1985, inspiradas en las señales de los senderos de los Alpes, por agujas niqueladas, sutiles y atemporales, que evocan la perdurable sofisticación de la piedra alpina. Este refinado detalle complementa la caja de granito de 38 mm, a la que se añade una correa de piel negra flexible que aporta contraste y comodidad. El cristal de zafiro con revestimiento antirreflejos mejora el cristal mineral original. Además de ser más duradero y resistente, protege la esfera integrada, garantizando una armoniosa continuidad entre la piedra y el cristal.
Como ocurría con el primer RockWatch, la piedra también procede de los Alpes suizos. En su interior late un movimiento de cuarzo, preciso, ligero y fiable, que compensa el peso y la solidez del granito. Este nuevo modelo, un puente entre presente y pasado, mantiene viva la esencia de los Alpes.